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Radiopuntozero
Per il primo, “Pagliacci”, titolo che al Verdi di Trieste mancava dal 2003, manifesto dell’amore possessivo che mette insieme, amore, morte, odio e gelosia, Victor Garcia Sierra – tra i piu interessanti registi dell’ultima generazione di ritorno a Trieste – realizza, in contrasto, un allestimento giocoso, coloratissimo, ricco (al limite dell’ horror vacui) e pieno di incanto. Ecco allora cavalli, giostre, mongolfiere, acrobati, ballerini e clown. Il tutto ricrea un clima circense e allegro che fa da sfondo alla tragica storia d’amore di Nedda, evidenziato dai coloratissimi costumi ideati da Giada Masi. D’altra parte le tragedie succedono anche là dove meno te le aspetti.
Monica Ferri
Pro pera
Pagliacci había estado ausente de la Ópera de Trieste durante casi 20 años. Históricamente la obra nunca fue muy popular entre el público local, frecuentemente crítico con el verismo. No fue así en este caso. La brillante dirección escénica de Víctor García Sierra llenó el escenario de gente que vitoreaba la llegada de la compañía de actores, un teatro dentro del teatro; vestidos de blanco en un escenario de mil colores y luces creado por Paolo Vitale, que lo ambientó en un contexto festivo del pueblo, con carretas y pequeños globos falsos, con mujeres barbudas y tacones altos, con carteles esparcidos por muchas quintas, al fondo una gran rueda de Lunapark, y en el centro una elevacion que se convertiría en el escenario de la actuación.
Rossana Poletti
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